lunes, 14 de abril de 2008

Y+y diaryo: La tele

Hace algunos años por ATC, pasaban un programa llamado "El otro lado". Era un programa que simplemente nos mostraba el otro lado de la ciudad, su gente, personajes y costumbres. Su conductor era Fabian Polosecki , su manera de entrevistar y reflejar la realidad fue innovadora, por el hecho de simplemente mostrar sin filtros y sin vueltas "lo que pasa".
Este flaco se fue y varios quisieron armar algo parecido, pero no, no es tan fácil.

Ahora vemos a Matute Martin, Kustnezoff, Tognetti, Gaston Pauls, flacos reciclados de CQC y movileros ignotos con deseos de ser el chiche 2008 y lo que generan mis ojitos al ver sus programas, es algo muy simple, asco.

Por que? Es simple, vos no mostras la realidad, vos mostras la cara que queres que vea y explotas el morbo de la gente. Es como ver un accidente en la autopista, nadie quiere pasar por eso, pero frenamos a ver si hay sangre. Hasta hay gente que pela los celufones y sacan fotis del pobre fiambre.

Recién mostraban los escraches a talleres textiles clandestinos y no alcanzo. Se fueron hasta Bolivia, entraron a la casa y nota a toda la flia y la típica, contame tu sufrimiento.
También vamos al barrio de Lugano, nos metemos en la feria, comemos tu comida (decimos que esta rica también) y si...nota a trabajadora ultra explotada (con la maquina de coser a mano).

¿Sabes que? No les creo nada!

No te veo un finde en La Salada u otra feria aprovechando ofertas, tampoco a tu intento de vestirte a tono humilde y la imagen"a cara lavada".
No te veo cenando comida peruana, boliviana, paraguaya.

Ahora lo mas feo y triste.
Es obvio que hay que mostrar la realidad, pero no así, no con un falso aire neo cool.
El tema es que la tele y mas la de aire, tiene que ser vendible, tiene que dar plata. Y la plata la trae los avisos y sin gente u ojitos mirando, no hay plata.
Y sino hay que ir a ATC, el canal del estado, el de todos, en donde salio "El otro lado".




Fabian Polosecki "Polo"
Hay uno de los programas del primer año de El otro lado que aún hoy causa una impresión espeluznante: es el dedicado a los trenes. En uno de sus fragmentos, Polo dialoga con un maquinista sobre los suicidios, preguntándole –o preguntándose– qué siente alguien que no puede parar una locomotora que está a punto de arrollar a un desesperado. El maquinista le cuenta sus impresiones y luego le indica que el punto más complicado es la estación de Santos Lugares, el lugar perfecto para un suicida. Las cámaras muestran ese punto de las vías. Lo que impresiona al que sabe la historia es que Polo volvió al lugar tres años después para poner fin a sus días, como si el programa le hubiese dado la idea.

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